Inundados de ayer, inundados de hoy, de aquí y de todo el pais, a
los inundados por venir.
Estamos aquí por la constancia de una lucha desigual. De una lucha
hecha por la dignidad que tenemos como pueblo. En primer lugar para recordar a los que fallecieron en este camino, las
compañeras y compañeros que siguen de pie junto a nosotros y lo estarán por
siempre, porque han luchado por la verdad, la justicia y son memoria viva
Queremos
expresar nuestra más profunda solidaridad con los ciudadanos de Capital Federal,
del Conurbano Bonaerense y de la ciudad de La Plata. Por que sus muertos
son nuestros muertos, sus pérdidas son nuestras pérdidas. Porque revivimos
nuestro dolor a través del suyo. Sus heridas son como las nuestras. Las causas de esta nueva inundación que sufrieron son un
calco repetido, obras inconclusas, obras sin hacerse por las malas decisiones
políticas de funcionarios y gobernantes que todo lo diluyen al cambio climático. Ensayan sus discursos
previamente preparados, para eludir sus responsabilidades. Y vaya la casualidad,
nunca pueden descubrir las obras mal realizadas y las que no hacen. Han
descubierto también ahora, las tormentas severas, y resultan en su imaginación y en su accionar
mediático imprevisibles, pese a los
avances tecnológicos que pueden detectarlas y a que cada vez son más frecuentes.
Han descubierto que las lluvias inundan. Pero lo dicen en media
lengua, “se olvidan” que las ciudades no tienen desagues suficientes, y se
comen las palabras para no decir, que no hay un diseño urbano para todos los
ciudadanos. Nos repiten una y otra vez que las obras hídricas estratégicas
cuestan mucha plata, entonces sus justificaciones periodísticas corren carreras
en sus podridas cabezas para argumentar
que darán subsidios y migajas, programarán créditos hipócritas, y buscarán tapar
que los habitantes mueren abandonados dentro de sus casas. Enjuagan sus culpas,
esa es la verdadera intención, como ya nos sucedió a nosotros en el 2003 y el
2007. Entonces debemos preguntarnos ¿Qué sale más caro?, ¿las perdidas humanas
y materiales o invertir en obras necesarias que enfrenten el peligro de las
inundaciones? El estado por decisión política abandona su función previsora y
deja de garantizar la seguridad y la vida de todos sus habitantes por igual. Entonces
debemos volvernos a preguntar igual que ayer ¿Dónde están los delincuentes a
sueldo? ¿Están en las zonas rojas que delimita su propia narco policía? ¿O
están dentro de las estructuras estatales? El Estado es un constructor
desequilibrado de desigualdades, ahonda la huella de las diferencias, y estamos
todos en peligro. Estas inundaciones se pueden volver a producir en cualquier
lugar del pais y principalmente dentro de la pampa húmeda, Esto
desgraciadamente nos cansamos de denunciarlo.
Grandes negocios inmobiliarios, corrupción, coimas, imprevisión,
impunidades políticas y económicas, son la trama hilvanada que flota con el
agua de las inundaciones.
Todo esto los santafesinos lo conocemos muy bien porque ya lo
hemos padecido muchas veces.
Inundados de ayer, inundados por venir.
Hoy, 29 de abril de 2013 se cumplen 10 años del mayor crimen
hídrico de la Argentina, de la inundación evitable del río Salado que arrasó a más de 130.000 habitantes santafesinos, en su
mayoría pobres. Las cifras las hemos gritado mas de mil veces, por eso traemos
a esta plaza la misma bronca bien nacida, las mismas verdades halladas por
nosotros mismos, la lucha nos avala y no decrece.
Las cruces que están allí plantadas hacen a esta plaza
tremendamente nuestra. Hace pocos días las volvimos a clavar frente a la Municipalidad de
Santa Fe, para decirles a los olvidadizos y campeones del marketing político
autoritario y soberbio, que no hay
memoria sin justicia y no puede haber justicia sin verdad.
Que nuestro corazón y nuestros pensamientos siguen latiendo al
compás de cada lucha, que siguen tan rebeldes como la primera marcha realizada aquel
29 de mayo del 2003, cuando marchamos por primera vez, diciendo con una sola
voz “SOMOS TODOS INUNDADOS”. Marchamos y marcharemos contra todas las mentiras
de los principales inundadores Reuteman, Obeid, Alvarez, Mercier, Berli,
Balbarrey. Y contra esa Justicia que los apaña como vieja polleruda, que los
esconde como cobardes, que los oculta tras los pliegues de sus faldas cargadas
de impunidad. De la Torre ,
Patrizzi, Favaretto, Candioti Leiva, Sus Cámaras de Apelaciones, y su Corte
Suprema de las Injusticias…La lucha por la verdadera justicia está aquí en esta
plaza. Y seguiremos reclamando su destitución.
Nuestras manos se entrelazaron con fuerza ante los repetidos
engaños, primero de los inundadores y luego de los que los sucedieron en
funciones de gobierno, porque los Estados tienen continuidad jurídica. Nos
deben demasiado y estamos hartos de justificaciones. Todo está guardado en nuestra memoria.
El 3 de junio de 2003 le dimos en mano al Presidente Kirchner un
informe claro de la inundación de Santa Fe y de todo lo que ocurría. Lo guardó,
a los tres meses lo cajoneó, y a los tres años vino y se abrazó con los
inundadores.
Recién en el 2007, el ex intendente Barletta se animó a declarar
en la Causa Inundación y ratificar sus dichos del 04 de mayo del 2003 donde
contradecía a Carlos Reutemann. Está claro que lo animó su candidatura a
intendente. Tardó 4 años para darse cuenta que debía hacerlo ante la justicia y
no frente a los medios. Estamos hablando de un ex rector universitario.
Binner, antes de ser elegido gobernador, nos recibió y prometió
ayuda. Mientras nos atendía por una puerta por la otra le ofrecía a Carlos
Reutemann la secretaria de producción de la provincia. Más mentiroso imposible.
Después nos ofreció el decreto 634 cuyo único objetivo final era detener la
causa penal.
Ninguna de las dos cámaras, diputados y senadores provinciales,
intentaron investigar lo que nos había ocurrido. Al igual que ante los crímenes
del 2001, no investigaron, no abrieron la boca y no escucharon al pueblo. Por
eso en esta plaza los declaramos Personas No Gratas.
Hoy los nuevos hipócritas quieren utilizar estas luchas para
servirse el postre político de las nuevas elecciones en este año y convertirse
en candidatos renovados cuando en realidad son mediocres y hasta algunos se han
convertido en “compañeros” de los inundadores, los alaban y los consideran
observadores equilibrados de la política santafesina.
A los inundadores los seguiremos enfrentando con la justicia de
nuestra causa. A los cómplices actuales, con la verdad de que han dejado pasar
cinco años y medio sin hacer las obras hídricas y de desagues que necesita esta
ciudad, por eso nos seguimos inundando en los barrios más humildes. Todos, el inundador Obeid, el ex gobernador
Binner y el actual gobernador Bonfatti, han perdido, hasta ahora, los 10 años transcurridos y nada los
justifica. Dejen de perder el tiempo y gobiernen para todos, como corresponde.
Un solo muerto, basta para saber lo que vivimos aquí y ahora, Luis
Antonio Villalba, el niño de 11 años muerto en Barrio Cabal al pisar un cable
cortado durante una tormenta más, en noviembre del 2012, murió por ir a comer,
murió por la desidia que se acumulan en los reclamos de los que son
considerados habitantes de tercera o de cuarta para las mentes brillantes que
no deciden ni proveen. Esta sola muerte demuestra la incapacidad, la
desigualdad que portan en sus cabezas porque construyen una ciudad dividida.
Para unos, soluciones rápidas, para los otros la espera.
Para el Este de la ciudad, la insolencia de la abundancia de
recursos y obras desbordantes, para el sur, el oeste y el norte, la extensión
de una ciudad que padece todo. En Santa Fe se puede morir por nada, mientras
sean los pobres los que mueren todo vale.
Podemos morir inundados por agua, inundados por la inseguridad laboral,
inundados de fumigaciones, inundados de contaminación en las ciudades, inundados
de violencias derivadas del narcotráfico, inundados por la trata de personas, inundados
por el gatillo fácil, o inundados por la alianza amasada hace largo rato por la
narco-política con nueva especialización policial. Como duro ejemplo, murieron bajo
el flagelo de una violencia ciega más de 800 jóvenes en estos 10 años, en la
franja oeste, norte y sur. Todos inundados en el 2003 y el 2007.
La intendencia se contenta hoy con que han llovido 160 mm en 7 horas y no murió
nadie y se auto alaban diciendo que somos la ciudad mejor preparada en Argentina
y que actúan con eficiencia. Si la suerte los ayuda y no llueve en un feriado
largo tal vez se salven.
Han hecho una extensión de la peatonal y se inunda, han hecho una
autopista Santa Fe- San Francisco y se inunda. Hacen cloacas que rebalsan, las avenidas
siguen sin desagues. Ya no importa solo quiénes las hicieron. Los que
administran el Estado son los responsables.
La política para estos capacitados de vender lo que no es verdad puede resumir su accionar con esta consigna: “Vótame, Gané y me olvidé de hacer lo que prometí
a los mas necesitados”.
El “A MI NADIE ME AVISO” de
Reutemann dejó inaugurado un nuevo procedimiento de cinismo político. El inundador
de La Plata estaba en Brasil y en La Plata al mismo tiempo por la magia de las
computadoras. El intendente Álvarez en el 2003 estaba en la radio LT 10
mintiendo y después desapareció del cagazo por varios días. Y cuando se quedan
sin excusas son capaces de echarle la culpa a los fundadores, sea Dardo Rocha o
Juan de Garay.
Esto nos demuestra que la norma del delito se repite y que
realmente tienen un modelo de impunidad para enfrentar estas situaciones, sea
en La Plata, Buenos Aires, Santa Fe o sea donde sea que ocurra.
La primera solidaridad es la del pueblo mismo. El pueblo salva al
pueblo. Después de que ocurre, la tragedia es transmitida en vivo por
televisión, reaccionan siempre tarde y los muertos están dentro de las casas.
En cualquier momento son capaces de censurar estos hechos para no “sensibilizar
a las víctimas” y solo mostraran la acción expeditiva del Estado. La
solidaridad no se enseña por televisión, la solidaridad es parte del pueblo
argentino y de su historia.
Desde allí comienza la mentira mediática sobre todo para ocultar
por que murieron, cuantos murieron y al que no le encuentran agua en los
pulmones, lo desechan como un muerto cualquiera, como a un perro sin dueño. Luego
continúa el manejo político de las donaciones. Si no se usan para clientelismo,
aparecen en lugares insólitos a kilómetros de su destino original.
¡Opine esta plaza! ¿Cómo los calificamos?
Podemos decir que hemos aprendido a los golpes, que aprendimos a
curarnos entre nosotros mismo, no solo porque fuimos inundados, sino por
nuestra condición humana, por nuestros valores, por los sueños que teníamos y que
tenemos, por nuestros aciertos y nuestros errores. El agua nos quitó todo. Lo
que no pudieron quitarnos es nuestra voluntad de lucha, nuestras ansias de
verdad y de justicia.
Nos hicimos fuertes desde nuestras debilidades y nuestras rebeldías.
Los Derechos Humanos no solo se violan en una dictadura militar
genocida. También se violan en las Democracias insuficientes de concentración
económica y de desigualdades sociales. Por eso hay que luchar por
fortalecerlas, aunque debamos enfrentar a cualquier gobierno, más allá de su
identificación política. Con ello no la estamos debilitando, al contrario, la
estamos fortaleciendo...
Estamos juzgando a los genocidas de ayer y lo seguiremos haciendo.
¿Por que no se va a poder juzgar a los inundadores de hoy?
Si la impunidad política y judicial fue tan grave en dictadura
porque se nos impuso con el terror y el miedo, es mas grave en un Estado de Derecho
porque nos carcome la conciencia, la igualdad ante la ley pasa a ser un cuento,
y lo que dice nuestra Constitución Nacional en su preámbulo de “promover el bienestar general” se
transforma en el bienestar de los que tienen dinero y poder para no pasar por
la justicia y ser culposos criminales, seriales e impunes.
Hemos llegado de frente hoy de nuevo a
esta plaza, nuestra plaza, para
enfrentar los poderes que fabrican la impunidad. Acá atrás y allá enfrente, y
más allá quien los bendice de vez en cuando.
Nuestras 158 cruces con sus diez años de
espera, se unieron con las tres del 2007. Fueron defendidas desde la soledad de
sus testimonios, fueron cobijadas con la presencia de luchas semana tras
semana, fueron restauradas año tras año. Están unidas por el mismo asesino,
Carlos Reutemann, con los 9 asesinados del 2001 y se vuelven solidarias con cualquier
asesinato impune como el de Silvia Suppo o Sandra Cabrera.
Han recibido generosas las cenizas de
Norma Bieckler, Madre de Plaza de Mayo de Santa Fe, compañera de lucha y amiga
de todos los inundados santafesinos.
Ese es nuestro honor, nuestro compromiso de
victoria.
Inundados de ayer, inundados de hoy, los
caminos están abiertos. En estos diez años hemos enfrentado la impunidad más
poderosa de tres poderes públicos constituidos que desconocieron lo evidente,
con un solo objetivo, tapar la culpabilidad emergente de una inundación
evitable.
El crimen hídrico tiene sus culpables y
más tarde que nunca pasarán por los tribunales, para decidirse de una buena vez
por todas, que puerta es la que queda abierta, la de la farsa más artera con la
impunidad de Carlos Reutemann, o triunfan la soledad de nuestras verdades, para
que nosotros como pueblo tengamos una nueva oportunidad de recobrarnos en la
construcción de un futuro y una ciudad que se pueda recomponer de todas sus
heridas y desigualdades en un proyecto nuevo, dando el primer paso desde la Justicia,
que no es el paso de ella sola, son en
realidad los miles de paso que hemos dado caminando, luchando sin rendirnos.